Probablemente le vengan a la mente dos cosas cuando lee metaetiquetas: una descripción de la página y etiquetas de palabras clave. Estas dos cosas son sin duda cruciales, pero no son las únicas metaetiquetas que existen. Que existan no significa que haya que utilizarlas. La verdad es que muchos sitios web hacen un mal uso de las metaetiquetas. Algunos no las usan lo suficiente, mientras que otros las usan demasiado. Es una cuestión de equilibrio: si utilizas pocas metaetiquetas, no darás suficiente información a Google; si utilizas demasiadas, corres el riesgo de sabotear la clasificación de tu sitio web.
Para que no te confundas, aquí tienes lo bueno, lo malo y lo feo en lo que respecta a las metaetiquetas.
Lo bueno
Hay tres metaetiquetas que no deben faltar. Éstas son:
Etiqueta del título. Cada página debe tener una etiqueta de título única que incluya las palabras clave de la página. La etiqueta del título indica a Google y a otros usuarios de qué trata la página.
Meta descripción. Las meta descripciones son muy importantes para captar la atención de los usuarios de Google y animarles a hacer clic en el enlace de su sitio web en lugar de en todos los demás enlaces de la página de resultados. Las meta descripciones deben ser breves y de 160 caracteres como máximo.
Ventana gráfica. Si has diseñado tu página pensando en los dispositivos móviles, deberás especificar un tamaño de ventana gráfica para que Google sepa cómo debe encajar en una pantalla.
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